Podría parecer raro, pero el no dejarse aconsejar por curadores críticos y demás a llevado a que personas como el Sr Perez Simón se haga con una gran colección de arte.
(lo explico más abajo)
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Hace años fortuitamente en Terrassa conocí a un coleccionista de arte local, coleccionaba obras de artistas que desde su juventud le habían impresionado, cuando charlaba animadamente con el y le pregunte que criterio utilizaba para elegir a uno u otro artista, me comento.
Solo amar el arte, dejar que esa obra te llegue, te impregne, luego el sentido común (claro), he apostado por artistas noveles que hoy son grandes personajes reconocidos, ( con una sonrisa , por lo bajo me dice: entonces era más fácil y económico comprarles obra)
Pero lo importante es que lo que compras no sea como una adquisición material, como una inversión eso ni me llena ni me da vida.
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ME DA VIDA, me quede con esta frase, este Sr tenia su casa multitud de obras, desde paisajes imposibles, figura, mundos dentro de mundos.....!uf!
un regalo para la vista.
Coleccionaba aquello que le gustaba contemplar, aquello que le daba la vida...
Hoy me he encontrado con esta noticia y he sonreído al ver que la manera de hacer (cada uno con su escala de posibilidad es, naturalmente) es parecida y al final el resultado, la colección es en definitiva...espectacular
(Fuente Arteselección)
Pérez Simón tiene ahora 68 y es socio de Carlos Slim, el hombre más rico del mundo. En su colección se encuentran piezas valiosísimas de la Historia del Arte español, entre las que se han seleccionado 50 para exhibirse estos días en el Museo Jacquemart-André, de París.
La muestra se titula ‘De El Greco a Dalí’ y todas las piezas que la componen tienen dos cosas en común: están firmadas por artistas españoles y permanecieron prácticamente ocultas durante décadas. Buen ejemplo de ello es una monumental ‘Inmaculada Concepción’ de Murillo, pintada hacia 1670, y que viajó a México en el siglo XVII, para regresar a Europa 200 años después. En 1991 salió a la luz en una subasta multimillonaria en la que Pérez Simón se hizo con ella.
"No compra cualquier cosa, tiene un criterio, un gusto personal poderoso que le empuja a rechazar cuadros que le ofrecen, y a perseguir los difíciles de encontrar", explica Véronique Gerard-Powell, comisaria de la exposición, en diálogo con Antonio Jiménez Barca, del diario El País. “Gracias a su dinero y a sus compras, se rescatan cuadros que podrían acabar en manos de, no sé, un coleccionista ruso, por ejemplo, que los mantendría ocultos y separados del resto".
Pérez Simón vive rodeado de sus cuadros. En un salón de su residencia mexicana luce el retrato de Doña María de Vallabriga y Rozas, pintado por Francisco de Goya en 1783; y en un pasillo cuelga un ‘Retrato de mujer’ de Julio Romero de Torres, que ahora pueden verse en París. Él mismo ha contado que en el cuarto de baño de su casa cuelga un auténtico Picasso.
(resto noticia aquí)
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